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Desde 1961, la presencia de USAID en el Perú ha contribuido a lograr avances significativos en materia de desarrollo en áreas como: reducción de la pobreza, seguridad alimentaria, mejoramiento de la infraestructura básica y la red vial nacional, el restablecimiento de instituciones democráticas clave después de la lucha contra el terrorismo e innovaciones para mejorar los servicios de salud y educación para satisfacer las necesidades de los ciudadanos en zonas remotas del país.

A medida que la capacidad del Perú aumentó y los sucesivos gobiernos trazaron una dirección clara para el desarrollo económico y social del país, USAID cambió gradualmente su enfoque. Así, pasó de implementar directamente proyectos destinados a satisfacer las necesidades básicas de la población, al establecimiento de una asociación más equilibrada, basada en brindar apoyo al Perú para la implementación de su propia visión de desarrollo.

Este proceso de transición comenzó a acelerarse en 2017 e implicó varios ajustes importantes en la cartera de actividades de USAID, tales como:

• Retiro gradual de sectores enteros (Educación y Salud) y ajustes significativos de programas y actividades (en los sectores de Gobernanza y Medio Ambiente) que reflejen las mejoras del Perú en estos sectores y respondan a las prioridades de política exterior del Gobierno de los Estados Unidos.

• Redefinir el compromiso de la Misión con el Gobierno del Perú para emplear modalidades consistentes con el progreso de la autosuficiencia del país y el aumento de los recursos públicos nacionales.

• Aprovechar las oportunidades para aumentar el apalancamiento de recursos provenientes del sector privado para contribuir con los objetivos de desarrollo prioritarios, aprovechando los resultados de inversiones anteriores.