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El biólogo salvadoreño Wilfredo López nos cuenta cómo halló una nueva especie de coral duro.

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The west coast of El Salvador houses a colony of hard coral Astrangia cf equatorialis, which are marine animals attached to the bottom of hard substrates.

La mañana del 13 de enero de 2022, Wilfredo López encontró un inesperado grupo de animales mientras buceaba a cinco metros de profundidad en una poza cerca de la bocana de la Barra de Santiago, en la costa occidental de El Salvador.

Atrás venían el guardarrecursos Alberto Henríquez y Margarita López, hermana y colega de Wilfredo. No estaban de paseo. Investigaban la posibilidad de presencia de pastos marinos en las bocanas y algunas partes de los canales del manglar donde las aguas dulces se mezclan con las saladas. Habían recorrido los canales sin encontrar pastos, y solo habían visto algunas esponjas de mar y anémonas.

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Salvadoran biologist Wilfredo López led a team that found a colony of hard coral Astrangia cf equatorialis.

“En la bocana no esperábamos encontrar nada porque hay mucha erosión. La corriente es demasiado fuerte”, dice Wilfredo.

Con todo un equipo de apoyo logístico y técnico en San Salvador y las comunidades costeras, los buzos se enfocaban en analizar el estado de salud de los arrecifes de coral (naturales y artificiales), así como buscar ecosistemas asociados, como los pastos marinos, en Los Cóbanos, Metalío, Barra de Santiago y Garita Palmera. Se trataba de un estudio comisionado por el Proyecto Regional de Biodiversidad Costera, una iniciativa de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) y USAID.

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The west coast of El Salvador houses a colony of hard coral Astrangia cf equatorialis, which are marine animals attached to the bottom of hard substrates.

Ese encuentro fortuito con una colonia de coral duro Astrangia cf equatorialis ha causado alegría en científicos salvadoreños e internacionales que nunca imaginaron que en esa zona del océano Pacifico oriental se podría hallar esta especie. El coral Astrangia equatorialis fue descrito por primera vez por los investigadores Wyatt Durham y Laurens Barnard en 1952, a partir de muestras colectadas en una serie de expediciones en México, Panamá, Ecuador y Costa Rica entre 1932 y 1941.

“No es frecuente encontrar especies de corales en los manglares, ya que estos no ofrecen lugares duros donde los corales puedan pegarse y se mueven mucho. Además, la visibilidad es baja y la salinidad es diferente al mar abierto. Pero en esa parte del manglar donde hemos encontrado este coral, la salinidad suele ser de 34 partes por millón, y eso es bueno para el coral. El agua de mar anda entre 35 y 36 partes de sal disuelta en un litro de agua”, detalla el biólogo, además de enfatizar que las colonias avistadas se han adherido a trozos de concreto que los propietarios de ranchos han tirado para paliar los efectos de la erosión en sus terrenos.

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Salvadoran biologist Wilfredo López led a team that found a colony of hard coral Astrangia cf equatorialis.

Según la ficha Ramsar del Complejo Barra de Santiago, este sitio contiene una zona representativa de los manglares de la ecorregión del Pacífico norte de América Central y un pantano de palmeras (Brahea salvadorensis) representativo de un ecosistema propio de la ecorregión del bosque tropical seco mesoamericano. Alberga numerosas especies amenazadas o en peligro de extinción. Entre ellas, cuatro especies de tortugas marinas (Eretmochelys imbricata, Lepidochelys olivacea, Dermochelys coriacea y Chelonia mydas). Los manglares también sustentan alrededor del 75% de la fauna costera de importancia comercial de El Salvador.

Durante exploraciones subsecuentes, los biólogos y los guardarrecursos fotografiaron los corales para su posterior identificación taxonómica con la ayuda de especialistas internacionales, entre ellos Carlos Jiménez, investigador asociado del Enalia Physis Environmental Research Centre, y los doctores Peter Glynn, Stephen Cairns y Jorge Cortés. Además, el doctor Enrique Barraza contribuyó a ratificar los grupos taxonómicos y las fuentes bibliográficas.

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The west coast of El Salvador houses a colony of hard coral Astrangia cf equatorialis, which are marine animals attached to the bottom of hard substrates.

¿Qué es un coral?

Los corales son animales marinos pegados al fondo de sustratos duros. Se adhieren a rocas, restos de concha y del mismo coral y cualquier material artificial duro, como trozos de concreto, mallas y barcos hundidos. Secretan carbonato de calcio para crecer. Con un esqueleto calcáreo externo, su organismo se halla pegado en su interior, al igual que el de las conchas y las ostras. Son seres vivos que, juntos, van formando una colonia.

“Los corales del género Astrangia son corales pétreos de la familia Rhizangiidae. No forman arrecifes coralinos. Son corales solitarios con grandes pólipos y se encuentran en grupos”, dice Wilfredo.

Oficialmente, se han registrado 16 especies diferentes de corales en El Salvador. De la especie Astrangia cf equatorialis, se ha reportado un total de 71 colonias para el país. Para conservar las especies, es vital luchar contra el fenómeno del blanqueamiento que se da por el cambio climático y la contaminación de las aguas por metales pesados y plaguicidas.

Un abanico de posibilidades

Baba Dioum, un ambientalista senegalés, afirmó: “En definitiva, solo conservaremos lo que amamos, solo amaremos lo que conocemos, y solo conoceremos lo que nos enseñen”.

En esa misma línea, Wilfredo dice que “para amar algo, hay que conocerlo”. Y ahí radica la importancia de este hallazgo.

“No podemos conservar solo por conservar. Necesitamos saber qué es lo que tenemos para cuidarlo y aprovechar estos recursos a partir de un enfoque de medios de vida para las comunidades locales”, afirma.

En un futuro cercano, Wilfredo prevé que pueda haber tours de buceo para conocer esta nueva especie de coral duro, con lo que habría más oportunidades económicas para los habitantes de la Barra de Santiago, que ya es conocida por el programa de conservación de cocodrilos del Ministerio de Medio Ambiente. Otros atractivos turísticos incluyen los dormideros de aves y la isla El Cajete. Los potenciales tours de buceo en la bocana podrían complementar la oferta de estos humedales protegidos que son cunas de diversidad biológica, incluyendo a las tortugas marinas y las especies comerciales, ya que ofrecen condiciones adecuadas para su alimentación y desarrollo.

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Salvadoran biologist Wilfredo López led a team that found a colony of hard coral Astrangia cf equatorialis.

Sueños cumplidos

Junto a otros colegas, Wilfredo ha estado en el lugar y el momento indicados en tres ocasiones. En 2009, identificó el único pasto marino registrado para El Salvador, en la bahía de Jiquilisco. Además, en 2007 identificó otra especie de coral duro en la playa El Zope, Los Cóbanos. El nuevo hallazgo de Astrangia cf equatorialis se suma a las felices coincidencias del joven biólogo.

Nacido en Chalatenango, Wilfredo tiene una maestría en Gestión de Ecosistemas y es egresado de Doctor en Ciencias del Mar por la Universidad de Alicante, España, previamente Biólogo por la Universidad de El Salvador.

Sus padres son profesores de primaria y secundaria, y tiene dos hermanos menores que también son biólogos y uno que es chef profesional.

“Me siento satisfecho por haber cumplido las expectativas de mis padres, por los aportes que hemos dado, por cumplir mis sueños y ser útil para mi país”, dice. “Y este tema científico más que todo es gracias a que han existido auspicios y proyectos como los de USAID”.

El Proyecto Regional de Biodiversidad Costera, liderado por la UICN en consorcio con Goal y cinco socios locales, con el apoyo de USAID, trabaja por la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad de ecosistemas marino-costeros en Centroamérica, mediante el desarrollo de iniciativas productivas de valor que propician el arraigo y fortalecen la capacidad de autogestión local.

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